Hemos incorporado a la sección de Archivos sonoros del portal SIPCA el trabajo “Recopilación de tradición oral en el Parque Cultural de San Juan de la Peña. Fase 2”, realizado en 2007-2008 por las investigadoras Sandra Araguás y Nereida Torrijos...
Normal 0 21 MicrosoftInternetExplorer4 Esta iglesia es la única parte conservada de un antiguo conjunto monástico, aunque recientemente se han localizado algunos vestigios arqueológicos del resto. Tiene planta de cruz latina orientada al este. Consta de amplia nave única de dos tramos, crucero muy desarrollado y cabecera de tres ábsides poligonales que disponen de contrafuertes exteriores en los ángulos. Está construida en piedra sillar. La iglesia tuvo tres portadas, de las que hoy solo es practicable la del muro meridional, cobijada por cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con distintos motivos seriados (dientes de sierra, puntas de diamante y arquillos de herradura), que apoyan en columnas con los capiteles tallados con elementos vegetales y geométricos. Las puertas que hubo a los pies y en el lado del Evangelio están cegadas actualmente. La de los pies comunicaba la iglesia con las dependencias anejas; es en arco de medio de largas dovelas, resaltada por una moldura decorada con puntas de diamante. En el interior, la nave está dividida en tres tramos por arcos fajones apuntados, que apean en ménsulas sobre molduras escalonadas; se cubre con bóveda de cañón apuntado. En cada uno de los lados de la nave se abren sendos arcosolios en arco apuntado, sin ningún tipo de decoración. Los tres tramos del brazo del crucero lo hacen con bóveda de crucería, que apean en esbeltas columnas adosadas con capiteles esculpidos. Los paramentos de los extremos del crucero presentan rosetones y también hay un vano en el muro oeste de cada uno de los brazos del crucero, en arco apuntado que apea sobre parejas de columnillas decoradas también con capiteles labrados. La cabecera está compuesta por una capilla central de mayor tamaño, de anchura similar a la de la nave, y dos laterales de la anchura de los brazos del crucero, todos ellos con planta poligonal y embocadura en arco apuntado. Las tres capillas cubren con bóveda gallonada resaltada por nervios que apean en columnas con capiteles decorados. En todas las capillas se abren varias ventanas, en arco apuntado y abocinadas, con varias arquivoltas hacia el interior sobre columnillas con decoración esculpida. La decoración de los capiteles es en general de carácter geométrico y vegetal, aunque en las zonas del crucero y la capilla central hay algunos con tallas figurativas, algunas de ellas con un carácter simbólico relacionado con el carácter funerario del templo. Entre ellos destacan los del ábside central, con una representación de san Miguel u otro en el que aparece una cabeza humana atacada por dos animales. El crucero cuenta con cuatro tumbas, bajo parejas de arcosolios en arco apuntado, en el testero de cada brazo, donde están enterrados el fundador y su familia. Las sepulturas presentan un importante conjunto de pintura mural. Estilísticamente, se sitúan dentro del primer gótico de inspiración francesa, o gótico lineal, con policromía brillante y gruesas líneas negras enmarcando las masas de color. La mitad inferior de los muros, ocupada por los arcosolios, está decorada con temas funerarios; los paramentos de la mitad superior del muro, sobre los arcosolios, muestran diversos ciclos narrativos (infancia de Jesús, escenas de la vida de San Juan Bautista, Virgen de la Leche y mujer escribiendo acompañada de judíos), De todo el conjunto, las pinturas más interesantes y mejor conservadas son las del lado de la Epístola, correspondientes a las tumbas de Ximeno y Atho de Foces. Los fondos de los arcosolios quedan divididos horizontalmente en 3 registros, destacando la Crucifixión con apóstoles en la tumba de Ximeno y el alma del difunto elevada por dos ángeles en la tumba de Ato. En el ángulo noroccidental el edificio contaba con una torre, que fue posteriormente sustituida por una espadaña.en el muro oeste de cada uno de los brazos. En el lugar donde estaba situada la torre se conserva, empotrada en el muro, la escalera de caracol que ascendía a ella.
En las viviendas populares más antiguas, fechadas entre los siglos XIV y XVII, llama la atención la proliferación de elementos defensivos como las aspilleras, matacanes y, muy especialmente, grandes torreones. En nuestra comunidad autónoma contamos con más de un centenar de casas torreadas, que fueron declaradas BIC por el Gobierno de Aragón, localizadas en las sierras orientales turolenses y en el Pirineo y prepirineo altoaragoneses. Ambos conjuntos presentan grandes diferencias. Recorremos las torres turolenses, construidas en la baja Edad Media para proteger las masías dispersas y atestiguar también la prosperidad de sus propietarios.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002